Internet es chocolate dulce y amargo, glorifica las palabras o te sumerge en abismos oscuros de mudez o en ataduras emocionales provocadas por cierto carácter teatral. Salir ilesa de las redes es casi una heroicidad y por ello, porque no me considero ni víctima ni heroica, creo puedo sonreír aún. Ya solo me deslizo por entre las letras y sonrío, sonrío mucho; es más satisfactorio leer, escribir, dialogar.
Compartir se puede convertir en un ejercicio vital de escritura donde la amistad no se halle forzada. Dar, recibir. Nada más. Esta tranquilidad compartida es el obsequio de la amistad.
Bon voyage!
Compartir se puede convertir en un ejercicio vital de escritura donde la amistad no se halle forzada. Dar, recibir. Nada más. Esta tranquilidad compartida es el obsequio de la amistad.
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