MCMLXI

Desde el patio ascendía -cual chimenea encendida- un teatrillo de voces infantiles tras el cancionero popular. Todo se había iniciado un día 7, acabando el invierno. Mucho después -oculta tras el murmullo del agua- la lectura susurrante del pez divergente: ciencias o letras. Ciencias para subsistir, letras para malvivir.

MGJuárez
sincopadas@gmail.com

Pasea con un 38 europeo




Y hoy las nubes son terciopelo gris mientras el sol caldea la piel de azarosas muchachas de futuro incierto. Mis pies desnudos demandan caricias tenues bajo la luz de este día, preparándose para la cita de hoy que es para alcanzar sueños bajo la asfixiante atmósfera de este tórrido verano.

En visperas del sol




Siento el vacio del espacio que no me toca, como tinaja secada al sol de eternidades. Mi cuerpo, concavidad de un tiempo que se derrama con languidez extrema, se halla en huida, sin química ni sentimiento hacia no se cual raíz de lo eterno.
Silencio. Todo me lleva al silencio.

Pasear al lado



No piense Ud. que he recordado. Me vino la necesidad imperiosa, como una nausea dentro del estómago decirle que pasear con una mujer de la mano no es adorada pertenencia ni tan siquiera. Su pequeño reino no vale lo que la mujer entrega.

Pasear, es notar cada sutil ausencia.

Schiir البتراء,


foto: JJM

En tu viaje por el desierto descubres estrellas y la desnudez de una luna semejante a tu límpido corazón. Si te pido traduzcas lo que tus brillantes ojos observan te pierdes en la noche recorriendo la sombra oscilante y voluptuosa del horizonte: souvenir de ternura a las puertas de Petra.

Al pie de la letra


MICROCUENTO I, por Flavia Company-edición julio’12-


La acusada de asesinato alegó que llevaba una vida normal como ama de casa y que ganaba un pequeño sueldo como patronista. El día de los hechos la víctima se había presentado en la sala de costura del domicilio conyugal, quejándose de que las mangas eran largas; de que el cruce del blazer era excesivo; de que le sobraban pantalones. Aturdida no podía entender cómo había errado tanto. También dice que sorpresivamente el difunto no intento agredirla como era habitual sino que en su ataque de ira le extendió los brazos y gritó: ¡Corta!

Sin pensárselo dos veces, ella obedeció.

Nuevo orden mundial


MICROCUENTO I, por Flavia Company-edición julio’12-


Todos salen de fábrica con unas pulseras. La información que contiene esta identificación la introducen los de otro departamento; se guían por el software que han recibido. Su tecnicismo raya la impertinencia; los veo cada día parlotear sobre ajustes y reajustes sin pensar ni tan siquiera un instante en si estos seres están de acuerdo o no.
Soy un R7-G bastante infeliz en esta rutina de empaquetar humanoides y empiezo a preocuparme por el futuro. Así que he tomado la determinación de colocar las pulseras de forma aleatoria; me parece la mejor manera de cambiar el destino de todos ellos.

Venganza a píxeles

MICROCUENTO I, por Flavia Company-edición julio’12-

Tras veintitrés años volvía a la isla. Este reencuentro con los mismos lugares tenía otro matiz, intenso y de autenticidad. Ahora era yo quien conducía por interminables carreteras secundarias hasta los poblados más bellos, decidiendo dónde y cuándo había que hacer fotografías.

Y las hice.
Como también decidí –finalmente- enviárselas sin retocar.
Al otro lado del mundo las recibiría un hombrecillo triste, ajado, de cabellos raídos y rostro perdido. Para poder verlas detalladamente se acercaría tanto a la pantalla que no podría evitar precipitarse en la misma y caer por aquel acantilado donde transcurría el más hermoso de los atardeceres.