MCMLXI

Desde el patio ascendía -cual chimenea encendida- un teatrillo de voces infantiles tras el cancionero popular. Todo se había iniciado un día 7, acabando el invierno. Mucho después -oculta tras el murmullo del agua- la lectura susurrante del pez divergente: ciencias o letras. Ciencias para subsistir, letras para malvivir.

MGJuárez
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Sobre la candorosa escritura

En contadas ocasiones es que va a donde suena la música y se muerde el polvo hasta la madrugada. Hasta allí se desplaza acechando la ocasión a sus deseos, para que se avive nuevamente la escritura. Como en una hoguera, atiza el fuego con miradas y las palabras revuelven epopeyas incandescentes. El diálogo establecido, de un labio a otro labio, levanta los fantasmas del pasado, y siete jaulas entreabiertas liberan los demonios contenidos.


De las siete, solo en una queda un pecado, diminuto sustantivo que casi ni se atreve a asomar: la pereza. Y entonces, él se levanta y marcha.

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