Brindo porque me voy, porque ya llego, porque estoy y no me detengo,
porque volaron trescientos sesenta y cinco días, de los cuales un tropecientos
por ciento fueron húmedos –salinos-, dos ríos áridos desembocados en el rictus
del desaliento. Porque me voy,
porque pronto cincuenta es un hecho y vuelvo.
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4 comentarios:
Muchas felicidades y que vengan muchos más.
No sabes cuánto me alegra llegar a la ciudad y ver una entrada en sincopadas.
Un abrazo grande.
Muchas gracias, MJesús. Espero poder acceder y contar/explicar, la crónica diaria. Aquí estamos ¡superemocionadas!
Un fuerte abrazo,
Montse.
Pues me alegro un montón de tu vuelta y de que cumplas años, al fin y al cabo los números altos son buena señal porque seguimos aquí.
Muchas gracias, Isabel. Hoy me dejaron un poema -está escrito en una botellita de vino-, y dice así:
“Guarda il calor del sol
che sai fa vino, giunto all’umor
che de la vite cola” Dante
Que si no voy errada dice algo así como...
“el vino guarda el calor del sol que la viña sabe alcanzar”
Cuánta sabiduría en la viña, ¿verdad? Así deberíamos hacer las personas, aprender y crecer, para luego ofrecer lo mejor de nosotros.
Un fuerte abrazo,
Montse.
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