Antes de estar en la onda, se despeinó los labios, se atusó la lengua y agravó su voz con un carajillo de salmuera. Su ropaje underground -de hippie desubicado-, se humedecía a cada palabra. Con su eco –cual bumerán- dejó bien visible que todo era una impostura poética. Statu Quo.
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2 comentarios:
hola Montse:
me gusta lo del "carajillo de salmuera" en esta reflexión que haces acerca del/los impostores, que, por supuesto, a la hora de impostar, ni la poesía se salva
¿o es su primera víctima?
supongo que la fotografía de la escalera es por aquello de que más dura será la caída.
abraçada
hugo
Supongo que tiene que estar terriblemente nauseabundo ese "carajillo", pero es pensaba en ello cuando oía a un poeta en su discurso-monologo. Te pasaré un archivo, para que lo oigas. Lo siento, a veces soy implacable... Pero se me pasa pronto, una buena lectura, y ¡hala! ya me recupero de semidioses.
Sobre la escalera, bueno, no soy tan "bruja", es decir, no predigo nada... solo que me gustó para el texto (Piazza Spagna), quise encuadrar ese interrogante de su escalinata. Quizás queda forzado y no se aprecia bien. Me quedé a "cuadros" (¡?) ante tanta genialidad poética.
Un abrazo,
Montse.
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