A MJRomero
Vendrá la lluvia a disolver la realidad, lanzando agujas entre bruscas tempestades. Primero, diminutas gotas, -una, otra-, reunidas, batiendo en la baranda del balcón. Las sentirás cercanas, frías, aplacándose la cálida piel de todos los veranos. Y ya no podrás dormir más, imposible volver a los sueños. Después, llegará como dulce rumor, un pequeño y suave chapoteo, tan sutil, como el olor penetrante de una antigua iglesia donde camina de puntillas el miedo.
Los pasos en otro camino, las horas rozando giratorias, las manos vaciando el texto –un text, ple de teranyines esta- y la permanente mirada, sin dolor, sonriendo.
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